Bienvenido a ti mismo, a ti misma

Espero que mis testimonios personales como buscador espiritual y como facilitador en procesos de desarrollo humano te sirvan para conseguir el propósito de tu vida : ser mas feliz , y estar mas en contacto con tu paz interior y con la reserva infinita de silencio y amor que te esperan en el interior de tu propio corazón.

Puedo enseñarte a meditar, acompañarte en procesos psicoterapeuticos, indicarte cuales son tus mayores ventajas sicoastrológicas, susurrarte sonidos ancestrales para que entres en tu propia sabiduria. Pero lo esencial es que decidas ya mismo orientar tu vida hacia lo mas significativo :la búsqueda de lo sagrado.

UNA VENTANA ABIERTA HACIA TU PROPIO SER Y TU PROPIA LIBERTAD : www.tumeditacion.com

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miércoles, 9 de febrero de 2011

MUSICOTERAPIA Y SONIDOTERAPIA

MUSICOTERAPIA Y SONIDOTERAPIA

Vivir es fascinante, sobre todo cuando nos mantenemos atentos a cada experiencia, cuando disfrutamos cada instante como si fuera el primero, cuando no dejamos de sorprendernos. Si, en este mismo momento, fueramos plenamente concientes de los colores que nos rodean, de las sensaciones táctiles, gustativas y olfativas, de los sonidos que nos circundan ; no podrìamos evitar sentir una profunda gratitud hacia la vida : las preocupaciones se irìan, se esfumarian como por arte de magia, reemplazadas por el hechizo de estar vivos, de gozar del privilegio de existir.

El sentido del oido, en especial, es el que con mas facilidad nos evoca un estado interior de armonìa, nos impulsa hacia adentro con contundencia, nos hace literalmente “vibrar”, es decir, nos energetiza y bendice. Todos,  alguna vez, cuando fuimos niños, estuvimos embelesados con el sonido de un tambor, de una corneta, de un sonajero. Desde que el ser humano hizo su debut en el planeta, sintiò fascinación por los sonidos de la naturaleza: a veces temor, a veces  intriga, a veces una simpatía profunda. E inmediatamente quizo ser autor, tambièn el, de sonidos hipnotizantes :empezò  a experimentar con el sonido, haciendo sus propios instrumentos generadores de malabarismo, de pasiòn, de emoción religiosa. Los chamanes de todas las latitudes han usado la música para entrar en estados de trance, y las grandes religiones no habrían sido lo que són sin sus contextos musicales. Los tambores, los instrumentos de viento y de cuerda;y en general todos los instrumentos que hemos desarrollado en la historia de la cultura, han sido el desenvolvimiento de esa inclinación natural por escuchar y disfrutar de los efectos anímicos del sonido. El origen de la música es ese mismo.
Asì que, desde el comienzo, el sonido fuè terapia. Y el sonido se estructurò, se complejificò, se aprendiò a escribir, a representar y a reproducir. Y viò Dios que la mùsica  habìa sido hecha, y que la mùsica era buena. Su efecto es indiscutible, inmediato. Hasta podrìa decirse que no hay estados anìmicos sin mùsica, que no hay mùsica que no sea sinònima de algún estado del alma. ¿Cómo, entonces, no reconocer que la mùsica es terapia?. Siempre lo fuè, siempre lo serà.
Pero solo hasta hace unas dècadas se acuñò el tèrmino “musicoterapia”, y se empezò a investigar en forma sistemàtica su efecto en el ser humano, con el fìn de buscar el tratamiento de la enfermedad. Juliette Alvin (1967), una de las pioneras de esta especialidad científica, la define como  "El uso dosificado de la música en el tratamiento, rehabilitación, educación y adiestramiento de adultos y niños que padecen trastornos físicos, mentales y emocionales". La Facultad de Ciencias de la Recuperación de la Universidad de Museo Social Argentino, la define como  "Una rama de la medicina recuperativa, que mediante la música se ocupa de coadyuvar en la recuperación orgánica, espiritual y emocional de personas con diversas deficiencias". Benenzon (1976)  la define como  "Especialización científica que se ocupa del estudio e Investigación del complejo Sonido  - Ser Humano, sea el sonido musical o no, tendiente a buscar los métodos diagnósticos y los efectos terapéuticos de los mismos".  Otros , dentro del contexto de la psicoterapia, opinan que  "Es el hacer música entre el paciente y el terapeuta, para tratar de reestablecer la comunicación perdida".  Benenzon (1976).
El efecto terapèutico de la mùsica se conoce desde hace muchos siglos. Hay registros de papiros médicos egipcios del año 1500 A.C. en los que se hace referencia al encantamiento que la música tiene, relacionándola con la fertilidad de la mujer. Y la Biblia nos habla de David , cuando efectuaba música curativa frente al rey Saúl.  Muchas leyendas, cosmogonías y ritos sobre el origen del universo en diversas culturas, le dan al sonido un protagonismo creador. Segùn las escrituras Indostànicas de los Vedas, fuè con mantras o sonidos como se estructuraron las leyes de la naturaleza que rigen el universo. Para los egipcios el Dios  Thot creó el mundo con su voz.  Chamanes de todas las latitudes no rebajan en sus rituales de sanaciòn el uso de canciones y sonidos que se apoyan  con la danza, la expresión corporal y la ejecución instrumental. Los griegos , y en especial Pitágoras, estudiaron la mùsica con gran atención. Para este mìstico de la matemàtica  y la geometría, la clave del universo estaba en las proporciones matemàticas, que descubriò que estaban presentes tambièn en las proporciones de las escalas musicales,  que el mismo decìa escuchar en la bòveda celeste, cuando entraba en estados extàticos. Aristóteles hablaba del valor médico de la música y Platón la recomendaba con las danzas para los terrores y las fobias.En el siglo XV, Ficino se esfuerza por una explicación física de los efectos de la música, uniendo la filosofía, medicina, música, magia y astrología.  Ficino aconsejaba como remedio para la melancolía ejecutar e inventar aires musicales. El primero que intentò sistematizar información sobre el tema fuè, probablemente, en el  siglo XVII, Burton , que reunió todos los ejemplos disponibles de curación por medio de la música. 
Se clasificaban en tres grupos ,en el siglo XVIII, los efectos de la música : Calmante, incitante y armonizante. En el siglo XIX, Esquirol, psiquiatra francés, ensayó la música para curar pacientes con enfermedades mentales. Y Tissot, médico suizo, diferenciaba la música incitativa y calmante y estimaba que en el caso de epilepsia estaba contraindicada la música. Pero el verdadero precursor de lo que hoy en dia se entiende por musicoterapia Musicoterapia fue Emile Jacques Dalcroze; quien sostenía que el organismo humano es susceptible de ser educado eficazmente conforme al impulso músical. Sus discípulos fueron pioneros de la Terapia Educativa Rítmica.
Desde mediados del siglo XX se empezò a aplicar una actitud mas cientìfica al estudiar el efecto terapéutico del sonido y de la música, y cada vez hay más conocimientos y técnicas de diversa índole para curar heridas emocionales. Cabe destacar las investigaciones de Hans Kayser, en la Alemania de 1920, sobre el efecto de los armónicos; también los aportes de Hans Jenny, el científico suizo fundador de la ciencia  de la cimática sobre la relalción sonido-forma, y las investigaciones de Barbara Hero sobre el efecto de la voz humana. Todo esto respalda las tradiciones esotéricas de los cabalistas, de los pitagóricos y de otras escuelas que, desde tiempos remotos, han considerado al sonido como un agente activo en procesos de sanación y de crecimiento espiritual. Parece que la clave està en el efecto de los llamados “sonidos armónicos”, que tienen una particular influencia terapéutica y sanadora, y que se caracterizan matemáticamente por ser  proporciones fraccionarias mùltilos exactos de una frecuencia básica. Están presentes en el sonido de una cascada y en ciertos cantos sufis, gregorianos, chamánicos y tibetanos.

Podrìa decirse que, dentro del amplio espectro de acciones  que pueden denominarse “musicoterapia”, hay unas experiencias màs elaboradas o estructuradas, y otras màs corporales, primarias  e intuitivas. Las primeras suelen inclinarse por lo que corrientemente se denomina “mùsica”, es decir, por composiciones musicales planificadas, interpretadas con partitura, en las que se usa una escala musical que tiene reglas fijas de lo que es armònico e inarmònico. La mùsica “clàsica”,  la mùsica “nueva era”, y los instrumentos clàsicos (violin, piano, guitarra, flauta, etc) definen esa tendencia. Pero hay tambièn quienes prefieren una relaciòn màs instintiva, menos “mental” con el sonido; que es la que diò inicio a la relaciòn ser humano-sonido : son los sonidoterapeutas. Conviene diferenciar entonces la “musicoterapia” de la “sonidoterapia”, si es que dejamos el primer tèrmino para los que prefieren utilizar productos musicales altamente elaborados en la sanaciòn del ser humano.

Retomando esa fascinación original por el sonido, esa relaciòn primitiva con el entorno por medio del sentido del oido,  fuè que el ser humano empezó a experimentar con diversos tipos de sensaciones auditivas y esto lo motivó a construir sus propios instrumentos musicales para generar distintas melodías. Esa relaciòn mas antigua, mas “arqueològica”  por decirlo asì, es la que muchos opinan que tiene una ventaja sobre la musicoterapia : al estar menos elaborada, nos conecta de forma más contundente con el cuerpo, con su potencial autosanador. La sonidoterapia hace uso de sonidos elementales, no necesariamente encadenados en frases armónicas y en estructuras complejas, como ocurre con la música. Muchos de esos sonidos son imitaciones de sonidos naturales, como los que produce el “palo de agua” colombiano, y el “oleógrafo”, un tambor lleno de pepitas que imitan el sonido de las olas del mar. El sonidoterapeuta es un intèrprete libre de sus propias emociones y de las emociones que percibe intuitivamente en el grupo, que està màs interesado en fluir libremente y en forma mas bien experimental ; que en seguir un plan musical previo. Al igual que en el jazz, o en la mùsica indostànica de las “ragas” ,pueden existir unos principios generales sobre el manejo de los instrumentos, la influencia en el organismo y en la mente de ciertos efectos acústicos; la secuencialidad, etc. Pero el manejo de esos principios bàsicos no rigidiza en modo alguno al intèrprete , y esto le permite sentir y dar cauce a la energìa que està captando en la o las personas que estàn recibiendo sanaciòn en ese mismo momento.

La sonidoterapia està basada en que el sistema mente-cuerpo es una entidad vibracional compleja, igual que todo en el universo, que puede concebirse como una gran red de energìa y conciencia en evolución. Y como el sonido es vibraciòn, entonces lo que sucede es que , por leyes de resonancia, cada cèlula del organismo responde al sonido activando la inteligencia biològica codificada en la molécula del ADN, que es la que permite que el cuerpo no cometa errores a los que llamamos “enfermedades”. El estrès, las emociones negativas, y los bloqueos energèticos generan “ruido” o “estàtica”, que impide que la infinita inteligencia que potencialmente posee el cuerpo humano, sea escuchada por òrganos y sistemas endocrino, respiratorio, nervioso, digestivo, etc. Los sonidos armònicos emitidos por la voz humana o por instrumentos ètnicos, equilibran ese problema en una sesiòn de sonidoterapia, al susurrarle al cuerpo humano cual es u verdadero status: la plena salud, es decir, el uso pleno del enorme potencial de inteligencia, energìa y creatividad que naturalmente posee.
Hay correlaciones muy bien estudiadas entre las energías de los llamados chakras o centros energéticos del aura humana y ciertos colores y notas de la escala musical. A cada color le corresponde una vibraciòn, y viceversa. Inclusive, hay formas geomètricas correspondientes a colores y vibraciones especìficas; y los sonidos pueden materializarlas, evocarlas, o producirlas en los planos energèticos sutiles ( no reconocidos aun por la medicina ortodoxa) . Se han hecho experimentos haciendo vibrar granos finos de arena con notas musicales emitidas por un violìn, y se  ha observado que a diversas notas siempre se producian figuras geomètricas diferentes cuando comenzaban a vibrar los granos de arena en una superficie tensada. De modo que ya es un hecho reconocido que los sonidos son moduladores de frecuencia capaces de intervenir positivamente en los seres vivos. La música apoya la vida : por eso se sabe que las plantas que son expuestas a música barroca o a melodías indostánicas crecen más que aquellas que están en ambientes silenciosos, y que cuando sòn expuestas a mùsica Rock pesada o a frases musicales inarmònicas; las plantas marchitan y mueren pronto aunque reciban agua , fertilizantes y luz adecuados.

En general, la percusión hace que tomemos conciencia de nuestra naturaleza corpórea y de nuestros impulsos primarios, sexuales e instintivos, así como nos permite sentir una mayor conexión con la madre tierra de la que hacemos parte,. Una persona muy soñadora, distraída o idealista puede equilibrar su tendencia a perder contacto con lo más vital que hay en la existencia, exponiéndose a sonidos rítmicos como los del candomblé brasilero.
Los instrumentos de viento, por el contrario, nos hacen soñar, nos ayudan a sentirnos conectados con los aspectos más elevados del sentimiento. Las cuerdas pueden variar en su efecto, pero en general tocan nuestras fibras emocionales y nos contactan al amor, a veces a la nostalgia y a la tristeza. La voz humana de tonos altos nos espiritualiza, sublima y nos hace perdonar, mientras que la grave nos da firmeza interior y fuerza para enfrentar la vida.
La forma màs comùn de utilizar los sonidos para sanar, es realizar un concierto de sonidoterapia. En Colombia, ya algunas personas sòn pioneras en ese trabajo :Swami Gavaksha, por ejemplo, estuvo en india durante seis meses ,y en la ciudad de Pushkar, entrenàndose en este arte milenario, que ya dominaban los chamanes de la religión “bon”, antes de la llegada del Budismo al Tibet, hace màs de dos mil años. Su profesor fuè parvez, un discípulo de sanadores, monjes budistas de ladhak, una colonia tibetana. Desde el año 2002, ha estado ofreciendo conciertos de sanaciòn con sonidoterapia tibetana en el “Centro de Desarrollo Transpersonal”, y en numerosos auditorios de Bogotà.

La sonidoterapia tibetana se caracteriza por incluir los sonidos de los “cuencos tibetanos”, que son elementos cóncavos de aleaciones complejas que responden a la percusión y al frotamiento produciendo un sonido parecido al de las campanas, pero más profundo. En un concierto de sonidoterapia tibetana el sonido combinado de los instrumentos y de la voz gutural  despierta en el sistema mente-cuerpo del escucha procesos de sanación y desintoxicación tanto neuroquímica como emocional, asociados con un efecto de armonización de los hemisferios cerebrales. Se produce una armonización de los centros y canales energéticos de los cuerpos sutiles,  y todo esto genera un efecto de sanación integral.

Un concierto de sanación con sonidos tibetanos es una sesión grupal de hora y media, en la que se escuchan, se interiorizan, y se asimilan las influencias energéticas y vibracionales producidas. En un concierto de sanación el escucha se interioriza y contacta estados más silenciosos de su propia mente.  Un estado de profunda relajación y alegría interior, a la vez que una sensación de liberación y ligereza, caracterizan el estado psicológico del asistente a la sesión. Por su parte, el interprete de los instrumentos entra en un estado de trance, que le permite generar los sonidos instrumentales y de voz más adecuados a las características de la conciencia del grupo asistente. Muchas personas encuentran ideal también el ambiente de un concierto, para realizar sus prácticas de meditación. Durante los conciertos que hace Gavaksha, se escuchan sonidos de toda ìndole: mantras tailandeses en idioma pali, mantras tibetanos y en sànscrito, Didgeridoo (el primer instrumento de viento que tuvo la humanidad, en Australia), Kalimba ( africano), Tampura, Xilófono, silbatos, etc. Resulta como una especie de viaje por diversas influencias ètnicas, agrupadas alrededor del tema tibetano. Y las personas visualizan, sienten que entran y salen por laberintos, que visitan pirámides o se esconden en cuevas, etc. Puede resultar siendo una verdadera aventura interior estar en uno de sus conciertos, que sòn como un trance , pero producido sin Yagè ni sustancias externas.

Cualquier persona, sin ser un especialista en sonidoterapia, puede tener experiencias interesantes con el poder sanador del sonido. Bastaría con comprar algunos instrumentos sencillos, como marimbas, flautas, palos de agua y similares, que se consiguen en ferias artesanales, y empezar a probar con ellos, poniendo toda la atención en el efecto relajante del sonido o pidiéndole a alguien que los toque para nosotros (mientras escuchamos acostados en el piso, cubiertos con una manta), sin pretender que suene melodioso o musical. Sólo se trata de disfrutar del sonido, de estar con él y de olvidar lo que sucede a nuestro alrededor.

Pero también podemos asistir a conciertos profesionales de sanación. El Centro de Desarrollo Transpersonal en Bogotá ofrece sesiones semanales, conducidas por Swami Amano Gavaksha. El es un filòsofo colombiano, graduado con honores en la universidad Javeriana, que  ha ejercido la docencia universitaria desde 1987. Hizo estudios interdisciplinarios en  la Universidad Maharishi, Iowa, Estados Unidos, en 1991, ha sido practicante de múltiples sistemas de desarrollo personal y meditación desde 1975. Psicoterapeuta transpersonal , ha ejercido también la asesoría astrológica topocéntrica, y  ofrecido servicios de sanación por medio técnicas de origen japonés, americano, y tibetano. Es autor del libro ”El Retorno a lo Sagrado”,  publicado en el año 2000. Su principal actividad desde 1988 ha sido enseñar   Meditación Transpersonal. El costo de cada sesiòn de sonidoterapia tibetana es de $ 25.000 pesos por persona, y hay que confirmar asistencia en el tel 2456279, o en el celular 3108648883. tambièn hay información al respecto en la pàgina web suya: www.ventana-alser.com

En lo que se refiere a la musicoterapia, quienes deseen pueden buscar por Internet información sobre personas e instituciones investigadoras como Edgar Willems, pedagogo, educador, y terapeuta , Karl Orff, experimentador de  la creatividad , placer de la ejecución musical ,y la relaciòn terapeuta-paciente, la Asociación Nacional de Terapia Musical de Estados Unidos, y la Sociedad Británica de Musicoterapia dirigida por Juliette Alvin
Desde 1958 en la Academia de Viena, se dictan cursos especializados en Musicoterapia con práctica en hospitales psiquiátricos y neurológicos.  en Salzburgo, Herbert Von Karajan, fundó un instituto de Musicoterapia, con una orientación hacia la investigación Neuro y Psico-Fisiológica.
En América Latina se han desarrollado en los últimos tiempos varias asociaciones tales como:  La de Argentina fundada en 1966 y en 1968.  Se realizaron allí las primeras jornadas Latinoamericanas de Musicoterapia; y en el transcurso del mismo año se fundó la Asociación Brasileña, al año siguiente la Uruguaya, Peruana y Venezolana.
En el año de 1970 se fundó la Sociedad Antioqueña de Musicoterapia y en el año de 1972 la colombiana.  En febrero de 1987 se refundieron estas dos Sociedades en una, que controle y estimule los trabajos en este campo de Terapia Musical.

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